El sistema circulatorio es el encargado de aportar sangre oxigenada y nutrientes a los diferentes tejidos y órganos del cuerpo humano y retirar los detritos y sangre no oxigenada de los mismos.

Además, es parte fundamental de funciones tan importantes como la inmunidad y defensa ante organismos y agentes externos o la regulación de la temperatura corporal.

El corazón: es la bomba encargada de impulsar la sangre a través de un sistema de «tuberías»:

• Las arterias, que salen del corazón y se dirigen a los diferentes órganos y tejidos. Aportan sangre arterial, rica en oxígeno y nutrientes.
• Los capilares y vénulas: son los vasos más pequeños e conforman el lugar donde se realiza el intercambio entre oxígeno, que se aporta a los tejidos, y CO2, que se retira. También entre el aporte de nutrientes y la retirada de detritos.
• Las venas: son los vasos encargados de llevar de vuelta la sangre venosa (pobre en oxigeno), al corazón y los pulmones, para que vuelva a oxigenarse e iniciar el circuito.

Los vasos linfáticos, conforman, junto con el bazo y los ganglios linfáticos, un sistema de retorno específico para el líquido linfático, con un papel fundamental en las defensas del organismo.

Las enfermedades y trastornos del sistema arterial y del sistema venoso, son diferentes. Tiene causas, síntomas y signos, y tratamiento totalmente diferentes.

La insuficiencia venosa crónica es un trastorno que indica que la capacidad de retorno venoso está afectada. No se produce un retorno de la sangre venosa de forma eficiente y ello conlleva una serie de problemas como el edema (hinchazón), la pesadez, los calambres…

Un mal retorno venoso implica un mal intercambio entre la aportación de nutrientes y oxígeno y la retirada de sangre no oxigenada y con detritos. La acumulación de esta última es la responsable de la sintomatología que sufren las personas que tiene insuficiencia venosa crónica.

Cuando hablamos de síntomas, nos referimos a las molestias subjetivas que refieren los pacientes, como el dolor.

Cuando hablamos de signos, nos referimos a aquellos trastornos objetivos, como la aparición de manchas y pigmentaciones.

Signos:

• Aparición de varices.
• Piel seca, descamación.
• Lesiones inflamatorias de la piel: dermatitis de estasis.
• Pigmentaciones (manchas) de la piel.
• Ulceraciones de la piel.

Síntomas:

• Pesadez.
• Prurito (picor).
• Dolor y sensación de tensión.
• Calambres.
• Disestesias (hormigueo).
• Sensación de calor.

Sí. La insuficiencia venosa crónica y una de sus manifestaciones más frecuentes, las varices, son un problema extraordinariamente frecuente.

Los síntomas y signos relacionados con este problema, pueden llegar a afectar hasta el 40% de la población masculina y el 60% de la femenina.

Las varices son venas dilatadas del sistema superficial, de las venas más próximas a la superficie cutánea.

Así, son venas tortuosas, dilatadas y con su función alterada. La sangre que pasa por las varices, normalmente no se dirige al corazón, como debería ser, si no a los pies.

Normalmente distinguimos entre:

• Varices tronculares: son las varices gruesas, fácilmente visibles. Se tocan con facilidad. «Abultan».
• Varices reticulares: son las varices medianas que podemos ver con frecuencia y que aunque son fácilmente visibles, no suelen abultar, o muy poco.
• Varices telangiectásicas, spiders o arañas vasculares. También se conocen como «varicosidades». Son la dilatación de las pequeñas vénulas más superficiales. Son muy inestéticas y no suelen abultar. Pueden ser rojizas, azuladas o violáceas, según su profundidad y desarrollo.

Hemos de recordar que las venas se disponen en forma de red, con venas de diferente tamaño y profundidad conectadas entre sí. Por eso es muy importante valorar la globalidad del sistema venoso antes de iniciar cualquier tratamiento.

Debemos distinguir entre el tratamiento general de la insuficiencia venosa crónica y el tratamiento específico de las varices.

El primer paso para plantear un tratamiento efectivo es conseguir un diagnóstico correcto. Para ello, además del interrogatorio y la historia clínica, su médico debería realizar una exploración de sus extremidades tanto estirado en la camilla, como de pie.

Es fundamental y no puede faltar una exploración mediante eco-doppler, realizada con el paciente de pie, y que nos permite un estudio tanto de la anatomía como del funcionamiento del sistema venoso.

El tratamiento de la insuficiencia venos crónica tiene como base el favorecer el retorno venoso y evitar el estasis y aumento de presión venosa que son los responsables de los problemas que se originan.

En general, el tratamiento puede dividirse en cinco grandes apartados:

1. Estilo de vida:
   Control del peso, ejercicio, evitar fuentes de calor, evitar el estar de pie o sentado de forma estática (ver consejos para mejorar la circulación).
2. Compresión elástica decreciente:
   El uso de medias elásticas de compresión decreciente es punto muy importante en el control y mejoría de los síntomas y signos que provoca la insuficiencia venosa crónica.
   En casos de problemas importantes (ulceras, inflamación de la piel, flebitis..), la terapia de compresión es imprescindible. En aquellos pacientes que no puedan colocarse las medias o no las toleren, deberá indicarse un vendaje elástico-compresivo de las extremidades.
3. Medidas medicamentosas:
   El uso de flebotónicos, que son medicamentos que mejoran el tono vascular, regulan la permeabilidad capilar y mejoran el retorno venoso, esta indicado en pacientes sintomáticos.
   Habitualmente se indican durante la época de calor, que es cuando aumentan las molestias provocadas por la insuficiencia venosa crónica.
   Los preparados naturales a base de tónicos venosos (Castaño de indias, flavonoides, ruscus, vid roja, hamamelis) suelen tener escasa utilidad por las bajas concentraciones de principios activos. No obstante, algunos pacientes pueden beneficiarse de los mismos. El problema que presentan es la gran variabilidad de sustancias activas y su concentración.
4. Cremas:
   El uso de cremas específicas puede ser de gran utilidad siempre que estas estén correctamente formuladas:
   • Proporcionando un grado de hidratación óptima: atención, muchos geles fríos provocan deshidratación por su composición. Hemos de elegir cremas específicamente formuladas para pieles con trastornos circulatorios.
   • Proporcionando sensación de alivio: por la presencia de principios activos y por la aplicación mediante masaje que estimula la activación de la microcirculación cutánea.
5. Tratamiento especifico de las diferentes situaciones:
   Además, hay que tener en cuenta el tratamiento específico de cada situación:
   • Presencia de varices.
   • Presencia de alteraciones de la piel: dermatitis, ulceraciones.
   • Presencia de complicaciones de la insuficiencia venosa; trombosis, flebitis, ulceraciones.

En los viajes largos, la posición de estar sentado con las piernas dobladas durante muchas horas perjudica la circulación.

Por eso es conveniente hacer paradas regulares y realizar paseos que reactiven la circulación sanguínea.

Las personas problemas circulatorios venosos importantes deberían usar medias o vendaje elástico.

Las mismas consideraciones sirven para los viajes en avión, en los que es conveniente caminar periódicamente por el pasillo a fin de evitar inmovilizaciones prolongadas que estanquen la circulación de retorno.

También hay una serie de ejercicios sencillos como el flexionar y extender los pies apoyados en el suelo, que favorecen la contracción de los gemelos y activan la circulación sanguínea.

El utilizar una crema o solución que se aplique con un masaje también puede ayudar a reducir las molestias (hinchazón, sensación de pesadez) que estos viajes largos provocan con tanta frecuencia.

La gestación es una situación fisiológica que favorece la aparición de trastornos en el aparato circulatorio.

Es importante el control de las mujeres gestantes por el especialista en Angiología y Cirugía Vascular, sobre todo en aquellas gestantes que ya hayan presentado o presenten problemas de circulación.

Existen numerosos cambios que justifican la aparición de varices y problemas circulatorios durante el embarazo:

• El aumento de volumen circulante.
• La mayor distensibilidad de los tejidos elásticos.
• La presencia del feto, sobretodo en fases avanzadas de la gestación, supone una compresión y por tanto un obstáculo para el retorno venoso.

Las varices que aparecen durante el embarazo o varices gestacionales, suelen adoptar una forma más abigarrada y florida.

De la misma manera, hay que tener en cuenta que muchas veces, tras el embarazo, se produce una regresión espontánea de estas varices.

Por ello, las varices que aparecen durante la gestación, no deberían tratarse hasta transcurridos de 3 a 6 meses del parto, ya que en muchísimos casos se produce un retorno a la normalidad de forma espontánea.

El uso de medias elásticas, de flebotónicos (previa valoración médica) , los masajes de drenaje circulatorio y el uso de determinadas cremas, pueden favorecer y acelerar este retorno a la normalidad.

Algunas de las recomendaciones más importantes serian:

• Evitar el exceso de peso.
• Es recomendable el uso de medias elásticas desde los primeros meses de la gestación hasta después del parto.
• El ejercicio es importante durante el embarazo para activar la circulación: caminar y la natación o realizar ejercicios en el agua (mientras sea posible), son las actividades más recomendables.
• El intercalar periodos de descanso durante el día elevando las dos piernas actúan favorablemente sobre la circulación venosa.
• El uso de flebotónicos, fármacos destinados a mejorar la circulación de retorno, podría ser adecuado, sobre todo durante los últimos meses de gestación. Su empleo debe realizarse siempre tras la indicación por su obstetra o por su especialista en Angiología y Cirugía Vascular.

La incidencia de los rayos de sol y sus fotones provoca numerosos efectos nocivos (también alguno positivo, como incrementar la síntesis de vitaminas D).

Básicamente se produce una alteración y ruptura de las fibras de elastina y colágeno, con lo que se favorece la aparición de arrugas cutáneas y roturas capilares y venulares.

También se produce un aumento de la temperatura cutánea con la consiguiente dilatación de vasos venosos y arteriolares, incrementando la aparición e intensidad de problemas como el edema y la pesadez de piernas.

Otros efectos serian la aparición y fijación de pigmentaciones, tanto por fijación de la hemosiderina, como por alteraciones en la producción de melanina.

El ejercicio, siempre que se realice de forma adecuada, mejora el estado físico de las personas.

Las personas con problemas de retorno venoso se benefician sobre todo de dos tipos de ejercicio:

• El caminar, porque activa la bomba de retorno venoso y favorece el mismo de forma muy importante.
• La natación o los ejercicios en el agua, porque además añaden un efecto masaje. Esta es una actividad muy recomendable sobre todo en personas con problemas articulares. El denominado Aquagym constituye un deporte muy adecuado para las personas con problemas de retorno venoso.

La gimnasia puede practicarse en el dormitorio todas las mañanas, acostado sobre la cama.

La práctica de yoga es muy aconsejable sobre todo porque está al alcance de todas las personas, aún las de mayor edad.

Otros ejercicios de moda, como el jazz, modeladora, low impact, slide, stretching… también contribuyen a la mejora de la circulación de retorno venoso.